El poder del color: Cómo influye en la mente de tu cliente y en la percepción tu marca
Cuando ves un azul claro, sientes calma. Cuando ves un rojo chillón, la sensación que te transmite es de alerta. ¿Verdad?
No es casualidad que esta percepción la vivamos todos por igual. Tiene una explicación científica clave: La neurología del color.
El color tiene la capacidad de activar emociones, recuerdos y reacciones en cuestión de segundos.
En el mundo del diseño gráfico, entender esta conexión entre color y psicología es clave para crear piezas que no sólo se vean bien, sino que comuniquen con fuerza.

El color: Un lenguaje invisible
Nuestra mente es capaz de interpretar el color antes que cualquier forma o palabra.
Tu cliente sólo necesita 90 segundos para obtener una percepción sobre tu marca. Y un 90% de esa percepción la produce el color corporativo de tu empresa.
Cada tono, activa diferentes áreas del cerebro, lo que influye en el estado de ánimo de tu cliente y le genera una interpretación de tu marca, que se le quedará grabada toda la vida.

¿Qué transmite cada color?
Rojo: Activa el pulso, genera energía, pasión, dinamismo. Ideal para provocar una reacción inmediata.
Naranja: Evoca a lo amistoso, la confianza y la seguridad. Segundas oportunidades.
Amarillo: Despierta la creatividad, genera optimismo y cercanía.
Verde: Se vincula con la naturaleza, el bienestar, el equilibrio… Ideal para marcas sostenibles o de salud.
Azul: Transmite seguridad, estabilidad, profesionalismo. Por eso es tan usado por bancos y empresas tecnológicas.
Morado: Se relaciona con la espiritualidad, lo moderno y la originalidad. También transmite paz e ilusión.
Dorado y metálicos: Se asocia con el lujo, el valor y la excelencia.
Blanco: Diversidad, libertad, pureza, calma, confianza.

Tu marca no entra por los ojos, entra por el cerebro
En Anagraf lo sabemos bien: El color no es sólo una elección estética. También es una estrategia.
Trabajamos de manera exclusiva con las tintas de T&K TOKA, reconocidas mundialmente por su pureza cromática y su capacidad para reproducir colores intensos y vibrantes.
La manera en la que creamos el impacto no se basa sólo en el color, sino en cómo lo hacemos brillar.
¿Nuestro secreto? Utilizar barnices, estampados metálicos y otros acabados gráficos para transformar una buena impresión en una experiencia sensorial.
Un azul intenso combinado con un barniz de alto brillo, es como observar el fondo del océano. El cliente sentirá esa percepción de inmensidad, libertar y entusiasmo en tan sólo 90 segundos.
Por otro lado, un negro mate con detalles dorados en el stamping hará que un packaging hable por sí sólo y diga: »Sí, soy un lujo. Deberías comprarme»

¿Cómo se viste tu marca? Psicología, diseño y acabado
El color nos conecta con la emoción. Y en el diseño gráfico, la emoción es el primer paso hacia la acción: mirar, recordar, desear, comprar.
Por eso, al planificar una pieza gráfica, no se trata sólo de “qué color queda bien”, sino de qué se quiere provocar: confianza, deseo, serenidad, urgencia, cercanía…
El color adecuado, aplicado con una tinta de calidad y reforzado con un acabado bien elegido, puede convertir una pieza impresa en una extensión sensorial de la marca.